martes, 29 de abril de 2014

Sociedad Española de Neurología (SEN) :: El Médico Interactivo :: “El decreto de troncalidad nos aterroriza, bajo él nuestros neurólogos no podrán trabajar en Europa”

:: El Médico Interactivo :: “El decreto de troncalidad nos aterroriza, bajo él nuestros neurólogos no podrán trabajar en Europa”



“El decreto de troncalidad nos aterroriza, bajo él nuestros neurólogos no podrán trabajar en Europa”






Abril de 2014 - Nekane Lauzirika

El presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Alfredo Rodríguez-Antigüedad, ha concedido una entrevista a EL MÉDICO

El doctor Alfredo Rodríguez–Antigüedad Zarranz, jefe de Neurología del Hospital de Basurto, ha sido nombrado recientemente presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Trabajará junto con su equipo en la nueva Junta Directiva para que la especialidad continúe teniendo la misma calidad y prestigio de los que goza en la actualidad. Por eso se muestra extremadamente preocupado por el borrador de decreto sobre troncalidad que afecta negativamente a la formación de los nuevos neurólogos. De aprobarse, lo vería como una losa profesional para estos especialistas. Por otro lado, el nuevo equipo de la SEN defenderá con todos los medios a su alcance que los equipos con investigaciones en marcha continúen con su trabajo, entre otras razones porque el aumento de edad de la población con sus enfermedades degenerativas in crescendo es todo un reto para la investigación y la praxis clínica neurológica "La investigación en Neurología es fundamental para acercarnos al origen de muchas de estas enfermedades que hoy desconocemos".
Aunque a veces hagamos cosas extrañas, ¿es la nuestra una sociedad neurótica?
No lo sé. No tengo datos contrastados para decir si lo somos o no.   Nosotros, en plan de broma, solemos decir a los pacientes que somos los que estudiamos el hardware y los siquiatras se encargan del software. Manejamos el ordenador del cerebro, no los programas. Eso corresponde a otros especialistas. Cuando alguien tiene un infarto cerebral se le muere el cerebro; cuando alguien tiene un Parkinson se destruye una parte del cerebro. Somos la parte más organicista. No tratamos tanto aspectos puntuales de la personalidad; más bien manejamos el ordenador del cerebro, no los programas.
¿Cuáles son las patologías neurológicas a las que con más frecuencia se tienen que enfrentar?
Las enfermedades protagonistas en la Neurología son las neurodegenerativas.  La primera de todas, el mal de Alzheimer, una enfermedad extremadamente presente que cada vez irá a más. En EE.UU, en alguna editorial científica se publicó que era la epidemia del siglo XXI, porque el envejecimiento es un proceso relativamente reciente en la sociedad. En 1900 no había prácticamente nadie, porque pocas personas llegaban a los 87 años. Hoy la esperanza de vida es muy alta  y hay enfermedades cuya frecuencia aumenta con la edad.
¿El aumento de las enfermedades neurodegenerativas es el peaje?
El peaje por vivir más años. La  posibilidad de que una persona de 95 años tenga artrosis o Alzheimer aumenta con el tiempo. Y de todas, ésta es la enfermedad más frecuente. Y como derivada, el tremendo consumo de recursos  sociales para su cuidado. Hay personas que están incapacitadas y esto afecta al cuidador/a, a la familia y a la sociedad. La patología de Parkinson es otra enfermedad neurodegenerativa muy importante, la segunda más frecuente. Cuando se piensa en personajes históricos, Juan Pablo II,  Franco, Hitler, Michael Fox.... Una dolencia tremendamente importante. Por una parte, desconocemos el origen de todas las patologías neurodegenerativas, por qué se producen. Y por otra, son muy frecuentes e invalidantes, a lo que debe sumarse el sufrimiento y sentimiento de dependencia tanto de los pacientes como de los familiares. Aunque estas dos son la punta álgida, hay otras enfermedades también importantes.
¿Cuáles?
La Esclerosis Múltiple (EM) que es la primera causa de discapacidad entre las personas jóvenes. Luego están las cefaleas, que aunque aparentemente es un problema supuestamente banal, al dolor se suma la acumulación de días de baja laboral con las consecuencias económicas tremendas que tiene. De hecho, cuando se hacen estudios de coste económico sanitario siempre salen a la relucir las cefaleas. Otra enfermedad "estrella" hoy en día es el ictus, que de repente, "de la noche a la mañana", te rompe la vida, porque no avisa; afortunadamente en esta dolencia se está avanzando mucho, al igual que en las epilepsias que cada vez están más controladas. Tenemos después un grupo enorme de enfermedades neuromusculares, que son un conjunto de muchas dolencias no demasiado frecuentes, catalogadas la mayoría de ellas como "enfermedades raras". Otro grupo son las distrofias musculares, el Duchen... Por lo general todas ellas son enfermedades demoledoras.  Este es  el entorno donde nos movemos los neurólogos, en las relacionadas con el avance de la edad, Parkinson y Alzheimer, que no son curables, pero también entre enfermedades donde tenemos cada día más capacidad de intervención como en la epilepsia, cuyos episodios los controlamos bien. Gracias a la mejora en la capacidad de actuación en la epilepsia, ictus y en la EM se están reduciendo los ataques de forma muy importante.
¿Son diferentes las patologías neurológicas en jóvenes, adultos y mayores?
Sí, por diferentes causas. Las epilepsias ocurren en los adolescentes y por origen genético; las que ocurren en personas adultas suelen tener una base más estructural, por cuestiones isquémicas, tumorales y traumatismos. En los mayores son patologías degenerativas. En los más jóvenes, por ejemplo, está la Esclerosis Múltiple (EM); la migraña  aparece con la juventud y en las mujeres con la menopausia. Podemos estudiar estas diferencias, porque nosotros abarcamos todas las edades, desde niños que nacen con Duchen hasta ancianos con Alzheimer.
¿Y entre hombres y mujeres?
También. La EM, más en mujeres. El ictus, no. Aunque sea la causa principal de muerte de las mujeres en países desarrollados, porque las mujeres viven más y de algo hemos de morir. El paso del tiempo favorecen la aparición del ictus junto a la hipertensión y el colesterol. Además la edad es un factor de riesgo previsible pero no prevenible. Puedes hacer una dieta sana toda la vida, ejercicio, buena tensión... pero si llegas a los 98 tus arterias estarán como mi pelo, se deterioran. Es la principal causa de muerte en mujeres porque viven más y es un peaje consecuencia del envejecimiento de la población.
¿En estas enfermedades influyen los factores económicos, sociológicos y culturales?
En la más importante, el Alzheimer, no guarda relación con esas circunstancias. En este sentido son enfermedades muy equitativas.; desafortunadamente, porque afectan a todos por igual. Sí, se han estudiado las desigualdades en la salud. Las personas más ricas tienden a tener mejor calidad de salud. Se catalogan en cinco niveles y estratos sociales. Para cualquier enfermedad, a mayor nivel económico-social, mejor pronóstico que el nivel inferior.  Es un análisis que se ha hecho en otras patologías, pero hasta donde yo sé en enfermedades neurológicas hasta ahora no se ha realizado.
¿Cuántos neurólogos hay en el Estado?
Ahora mismo estamos en la SEN unos 2.400 neurólogos, que somos prácticamente la totalidad.
Con el envejecimiento poblacional, ¿habrá suficientes para tratar a tantos  pacientes?
Hay un trabajo que está a punto de publicarse con datos concretos. Se está haciendo  el  libro blanco de cómo es la distribución actual de neurólogos en las distintas Comunidades Autónomas. Porque cada una tiene sus peculiaridades. Algunas de ellas sí tienen carencias, que en ocasiones depende de la mera distribución geografía; por ejemplo, en Euskadi de Bilbao a Vitoria se tarda tres cuartos de hora, pero de Teruel a Zaragoza tardas mucho más ¿no? En el libro blanco se entra en este  análisis pormenorizado. Lo que sí es cierto es que en la última convocatoria MIR, las únicas plazas que no se han recortado son las de neurólogos.
¿Quiere decir que es una especialidad en alza?
El no haber recortado las plazas MIR así lo indica. Parece que todos son conscientes de que es especialidad en alza; la demanda sigue creciendo tanto desde el punto de vista de la asistencia como de la investigación en enfermedades raras o muy desconocidas. Insisto en lo de la investigación del origen para poder atajarlas mejor, porque provocan un gran impacto en la sociedad tanto en términos de sufrimiento como económicos y asistenciales.
¿Cuáles son sus objetivos para los próximos dos años: investigación, formación, carrera profesional, la colaboración con otros países...?
Cuando respondo lo hago no sólo como neurólogo a título personal, sino como presidente y miembro de la junta  directiva. Se ha cambiado y ejerzo de presidente, pero  trabajamos en equipo. La idea clave es que la tendencia de la Neurología en el Estado es muy buena. Cuando ves la proyección social que tiene en la sociedad sientes satisfacción, y, aunque parezca un tópico, la idea de la nueva junta directiva  es que no caiga esta tendencia positiva.
¿Y por qué un tópico?
Porque estamos en un tiempo económicamente bastante complicado en todos los sentidos.  La idea es que incluso en un momento económico complicado como éste, debemos mantener y promocionar el estudio de las enfermedades neurológicas, la atención, la investigación y la formación en Neurología. Y en este camino un reto ahora muy importante  es la troncalidad que nos atemoriza.
¿Afectarán los recortes en investigación sobre las enfermedades neurodegenerativas?
La verdad es que tenemos un observatorio de la crisis que hace referencia a estos aspectos; no tenemos datos concretos, pero es evidente que el dinero disponible para la investigación se ha reducido. Si hay que priorizar los recursos escasos, nuestro planteamiento es que se invierta en investigación en aquellas líneas de mayor proyección. Si tengo dinero escaso reduciré mi cesta de compra, pero no  dejaría de llevarle al dentista a mi hijo, porque se quedaría sin dientes y dentro de cinco años aunque tuviera para comer no tendría con qué. Es un poco priorizar y no desinvertir en áreas que son muy importantes. Destruir una línea de investigación es muy fácil, pero recomponerla requiere un trabajo infinito. Por eso hay que ver lo que es más importante. Es un trabajo de priorización.
Además de la investigación, ¿en qué otras áreas pondrá el foco la nueva Junta Directiva de la SEN?
En la docencia por una parte y por otra en la sostenibilidad económica de la SEN. Porque vemos situaciones de otras sociedades científicas nada halagüeñas. Estamos en un proceso de reajuste de nuestra viabilidad económica. Hemos cambiado de sede este año. Históricamente siempre ha sido Barcelona, pero después de cuatro años de pérdidas continuadas no podíamos seguir en Barcelona. Y nos hemos trasladado, por temas exclusivamente económicos a Valencia.
Desde el punto de vista de aplicación económica, ¿qué es lo que más les preocupa?
El tema asistencial; porque si en el fondo puede ser importante para nosotros, aún lo es más para los pacientes. Tiene que haber neurólogos suficientes para mantener la excelente  calidad asistencial actual a los pacientes. Que no se devalúe este nivel de calidad asistencial. Es también nuestro reto. Luego, dentro de la distribución global hemos de ver los neurólogos que hacen falta, la distribución geográfica, el acceso a las pruebas complementarias... la formación. Por eso  estamos analizando el tema de la troncalidad que nos agobia.
¿Cuál es la posición de la SEN sobre el decreto de troncalidad?
El decreto no se ha publicado aún. Hay un borrador que ha salido en el Consejo de Estado y seguirá el trámite. En el último borrador al que hemos tenido acceso, los neurólogos que se formen no serían reconocidos en Europa, porque no cumplirían los requisitos que se exigen en los países de la UE para ejercer. Lo cual me parece tremendo. ¿Cuál es nuestro planteamiento? No ser originales, que los neurólogos que se formen en España tengan la misma formación en tiempo y contenidos que los neurólogos formados en Alemania, Francia, Reino Unido, Bélgica... en todos los lados. Inventar poco. Tal y como se ha planteado el decreto de troncalidad es un modelo que de entrada no nos gusta en absoluto. Busca más médicos polivalentes que médicos especialistas. En otras especialidades desconozco si es la estrategia adecuada, aunque veo que otras especialidades científicas también se quejan, pero no tengo opinión. Pero en Neurología, evidentemente nos parece una barbaridad. Sobre todo porque históricamente pedíamos más formación para la Neurología, y de repente hacen un cambalache metiendo a los neurólogos a que adquieran conocimientos de la Medicina General, muy interesantes, pero que no nos van a servir para ser especialistas en Neurología. Tener formación en todo es maravilloso, pero hay que formarse en lo que vas a trabajar y en lo que exigirán los pacientes; al neurólogo no le van a exigir que tenga conocimientos de otras áreas... Nos oponemos porque es hipotecar el futuro; desde la SEN nos peleamos por algo que a nosotros, en concreto, no nos afecta personalmente, porque yo tengo ya la formación hecha y podemos optar a trabajar en Europa. Luchamos no por nosotros sino por los futuros neurólogos y por los pacientes, que podemos serlo todos. Queremos que los futuros neurólogos  reciban la misma formación especializada que tenemos nosotros, para que mantengan el prestigio de la Neurología en el Estado y tengan la buena imagen del neurólogo actual.
El nivel de los neurólogos es bueno. ¿Suficiente para ser apreciados aquí y demandados en otros países?
Claro. Realmente el nivel de la Neurología en el Estado es muy bueno. Podemos competir con cualquiera. Con este borrador, en los términos del último que conocimos, insisto, no nos gusta nada, porque tendrían una formación reducida: se puede ampliar, hacer muchas cosas. No sé cuál es la motivación tan profunda por la que se lanza este decreto; por lo menos en lo que se refiere a la Neurología no es racional pensar que no puedan cumplir los criterios mínimos para ser especialistas en Europa. ¿Podrán ejercer aquí y no en Europa? Es una barbaridad.
¿Hay paro entre los neurólogos? ¿Tienen que marcharse fuera de Europa?
Los neurólogos que hoy salen fuera a trabajar lo hacen por su prestigio, su capacidad y desarrollo profesional. Hoy por hoy no hay paro, aunque empieza, como en otras especialidades, a faltar trabajo. De todos modos tenemos miedo a que el impacto de la crisis termine afectado y el paro se aparezca.
¿Cree que todos los equipos de investigación en marcha se podrán seguir manteniendo?
El objetivo es ese; esperamos que sí, que podamos apoyar desde la SEN  para que eso siga siendo así. No desinvertir en aquello que sea prioritario.
Las políticas sanitarias que se llevan desde el Ministerio de Ana Mato...
Con respecto en concreto a la Neurología, lo que nos atemoriza en su política sanitaria es el decreto de troncalidad; no por nosotros sino por los futuros profesionales.
¿Cómo son las principales reivindicaciones de los neurólogos en las Comunidades Autónomas?
Básicamente la disponibilidad de los recursos suficientes para la asistencia. En muchas CC.AA. hay recortes de personal y en recursos que ya están en marcha como las Unidades de Ictus. Fíjate que entre nuestras principales reivindicaciones no está la económica, sino que pedimos los recursos suficientes para tener la atención que somos capaces de dar, de alta calidad. Pero sin ruedas no puede andar el coche, y menos si nos tenemos que enfrentar a patologías galopantes en este siglo como es el Alzheimer.
En estos momentos no se puede prevenir ni curar dolencias como el Alzheimer, el Parkinson, ¿qué necesitaríamos para que dejaran de ser los jinetes del apocalipsis?
Alzheimer y Parkinson son primas hermanas en cuanto a que el origen es totalmente desconocido. Conocer los mecanismos que dan lugar a la enfermedad, conocer las proteínas marcadoras.... esa sería la estrategia. ¿Qué sería lo ideal? Tener una  vacuna o un método de prevención, pero eso todavía no está en el calendario; es complicado. Sería fantástico poder decir: te vas a morir de esto o de lo otro, de un accidente de coche,  pero no de un Alzheimer porque no podemos evitarlo.
Llegan los fármacos personalizados, la Medicina regenerativa, las terapias génicas, ¿hay recorrido en esta vía para la esperanza o necesitamos todavía más avances?
Las terapias genéticas están orientadas sobre todo para las enfermedades neuromusculares, enfermedades raras... Ya se están investigando algunos medicamentos que de alguna manera modifican la maquinaria  genética implicada. Afortunadamente es un camino de esperanza cierta y apasionante para los enfermos con estas dolencias. También está en marcha pero es más complicada la terapia génica, que no consiste solo en  sustituir el gen defectuoso, sino en modificar el manejo que la célula hace de él para curar esas enfermedades. Donde hay una enorme puerta abierta es en la Medicina regenerativa. Algunos órganos se pueden regenerar con mayor facilidad (el hígado se regenera con facilidad en ocho meses), sin embargo, el cerebro no se regenera, no se puede trasplantar. Si ponen tu cerebro en otro cuerpo serías tú en otro cuerpo y viceversa. El cerebro es peculiar y ante cualquier agresión tiene escasa capacidad de recuperación. Además, cada zona del cerebro controla una cosa específica. La esperanza está en los estudios en marcha sobre tratamientos regenerativos del cerebro y en los medicamentos para regenerar el cerebro. La  estrategia de Medicina regenerativa en Neurología tiene un interés enorme hacia futuro, pero aún estamos en los comienzos.
¿La Medicina personalizada podría colocarnos en mejor situación de prevención, predicción y, en su caso, de curación?
En áreas específicas de algunas enfermedades sí se empieza a avanzar. Cuando se tiene un repertorio muy amplio de medicamentos uno tiene que intentar poder elegir aquel que sea más efectivo y seguro desde el principio; se empieza a avanzar en ese campo en algunas enfermedades con diferentes medicamentes. En el ámbito de la Esclerosis Múltiple podemos personalizar el riesgo. Estamos en ello. Analizamos información que nos permite conocer  el riesgo que va a padecer una persona para valorar el riesgo-beneficio que va a tener un paciente de una manera más precisa con un tratamiento u otro.
¿La esperanza para estas patologías existe y no es tan lejana? ¿O tal vez todo esto que hablamos sea tan lejano que pueda crearnos una esperanza soufflé?
El tiempo no lo sé, pero la humanidad ha superado de todo. A Julio Verne le parecería increíble ir a Marte; hay que esperar, cierto no es para mañana. De ahí la necesidad de investigar sin desmayo este tipo de problema. De hecho se ha avanzado muchísimo.

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