lunes, 29 de marzo de 2010

EL NUEVO MODELO DE SALUD ESTADOUNIDENSE


Barack Obama rubrica la refoma sanitaria de su país.

EL NUEVO MODELO DE SALUD ESTADOUNIDENSE
Diariomedico.com
ESPAÑA
'The American way of health'

La reforma de la sanidad estadounidense superó el jueves su último escollo legal, tras un año de trámites y polémica que han dejado fuera la posibilidad de crear una gran aseguradora pública, pero que siguen significando un gran cambio en el sistema estadounidense que no sólo aportará cobertura a 32 millones de personas que no disponían de seguro, sino que introduce cambios de concepto importantes, al exigir que todos los ciudadanos estén asegurados y al poner, por primera vez, límites a la actuación de las aseguradoras.


L.G.I. - Lunes, 29 de Marzo de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

Fueron muchos los congresistas que gritaron Yes, we can! al emitir su voto, pero bien podrían haber dicho Health we can! El Congreso de Estados Unidos aprobó el pasado jueves con 220 votos a favor y 207 en contra el plan de enmiendas de la reforma sanitaria en lo que, esta vez sí, es su el último trámite legislativo antes para su promulgación por el presidente estadounidense Barack Obama.

Ha pasado poco más de un año desde que Obama planteara formalmente la necesidad de afrontar un profundo cambio en la sanidad que -aun sin renunciar al discurso social y con frecuencia al abuso de sentimentalismo- se argumentó por primera vez desde la perspectiva económica.

La explicación de Obama fue clara: más allá del drama personal que lleva cada 30 segundos a un estadounidense a la bancarrota por los gastos sanitarios, hay que actuar de forma decidida porque la amenaza de los crecientes gastos sanitarios es para toda la economía ya que las aseguradoras sanitarias son el 16 por ciento de todo el PIB estadounidense.

La explicación, semejante a la que se ha esgrimido en España en el último año para situar al sector farmacéutico como ejemplo y pilar de una industria capaz de suavizar los efectos de la crisis, aspiraba a convencer a una reticente masa de estadounidenses con sus propios argumentos y desde el corazón de una cultura de liberalismo económico que no siempre es fácil de entender en Europa.

El objetivo ha sido siempre el mismo: dar cobertura a cerca de 35 millones de estadounidenses que actualmente no disponen de seguro y no pueden acogerse a ninguno de los programas públicos Medicaid (para los más pobres) o Medicare (para los mayores de 65 años), evitar los seguros de salud precarios en 25 millones más de ciudadanos que están en continuo riesgo de bancarrota y eliminar los abusos de las aseguradoras privadas que legalmente tenían derecho a expulsar a quienes enfermaran o no permitir el acceso a quienes tuvieran alguna patología previa.

De la propuesta inicial que presentó Obama con la idea de creación de una gran aseguradora pública al resultado final que entre gritos de gracias y abucheos se aprobó ha habido un largo camino.

El resultado ha sido un modelo sin aseguradora pública que traza un plan de aplicación a diez años, con la mayor parte de medidas que empezarían a aplicarse desde 2014 y que prevé extender la cobertura sanitaria del 83 por ciento actual de la población al 95 por ciento. Costará 940.000 millones de dólares en la próxima década y se basará en la exigencia, bajo riesgo de multa de entre 600 dólares y 2.000 dólares, de contar con un seguro sanitario. Estas multas se aplicarán no sólo a las empresas sino también a los ciudadanos (incluso si están desempleados), por lo que se acompañarán de subvenciones para poder pagar las primas en caso necesario y de una disminución del límite máximo de ingresos para poder acceder al sistema público Medicaid para los más pobres. Además, las aseguradoras no podrán expulsar a quien enferme ni excluir a quienes ya estén enfermos.

José Manuel Freire, de la Escuela Nacional de Sanidad, está todavía terminando de leer los más de 1.000 folios de la nueva ley, pero a medio camino dice estar ya convencido de que "es un gran salto y un gran cambio". En su opinión, "es un error tratar de comparar el modelo que han creado con el español, porque son dos sistemas y dos culturas diferentes y por eso no ha sido un error renunciar a la aseguradora pública. Una ley mala es siempre mejor que ninguna ley. Esta ley no universaliza la sanidad, pero introduce cambios de concepto, como la exigencia de seguro y los límites a las aseguradoras, que son por sí mismos un triunfo". A esto Freire añade una lectura política: "La oposición a la reforma no ha sido por reticencias de la población, sino políticas". Ya lo dijo un republicano al iniciarse el trámite de la ley: "Hay que ahogar la reforma para ahogar a Obama".



PRIMER PASO HACIA UN MODELO MÁS UNIVERSAL

Ampliación de la cobertura
Un informe que acaba de hacer público PriceWaterhouse Coopers cifra en 32 millones las personas que podrán ganar un seguro médico en 2019 gracias a la reforma. De éstas, cerca de 16 millones podrán acogerse al programa Medicaid por la disminución del límite de ingresos familiares. La reforma ha sido enmendada una y otra vez y ha renunciado finalmente a la posibilidad de creación de una gran aseguradora pública que compita con las privadas.

Control del gasto
"En el desarrollo de la reforma inevitablemente el Gobierno deberá asumir un papel más intervencionista e incrementar sus mecanismos de relación y control con las aseguradoras. Un ejercicio interesante será seguir como impacta esta reforma en el conjunto del gasto, de los más elevados del mundo. Parece probable que a corto plazo se incremente, pero es muy probable que ayude también a introducir dinámicas de control a medio plazo", explica José Luis Martínez Meseguer, de Deloitte.

Contribución del sector
La reforma introduce nuevos impuestos que incluirán aportaciones de la industria farmacéutica de 28.000 millones de dólares en diez años, una cantidad que los analistas elevan a 80.000 millones si se tienen en cuenta las políticas de reembolso de los fármacos en las aseguradoras públicas. Con todo, las farmacéuticas celebraron la aprobación del texto con subidas en bolsa, que muestran el sentir de los expertos sobre los ingresos extra que generará la ampliación de la cobertura.

La lucha política
La crónica de la polémica reforma comenzó en marzo de 2009, y para julio Obama se enfrentaba ya a una crisis de popularidad por haber ligado el cambio a su propio respaldo en la presidencia. En verano la eutanasia, el aborto y los inmigrantes se colaron en un debate ya claramente político. La Nochebuena de 2009 el Senado dio luz verde a su texto, pero en enero la pérdida del escaño de Massachusetts paralizó el texto hasta el 22 de marzo en el que se consigue el texto de consenso.

Las nuevas reglas de la sanidad

1- Se dará cobertura a 32 millones de personas más en 10 años. La tasa de cobertura pasará del 83% actual al 95%.

2- Se multará a las familias no aseguradas y a las empresas que no ofrezcan seguros con hasta 2.000 dólares.

3- Las aseguradoras no podrán negar la cobertura por patologías preexistentes ni expulsar a quien enferme.

4- Desde 2014 se subvencionará a quienes no puedan pagar las primas y se reducirá a 29.300 dólares los ingresos máximos para acogerse al sistema público Medicaid.

5- Se modificará el sistema de pago a hospitales y médicos con tendencia al pago per cápita en lugar de por acto.

6- Se eliminará el llamado agujero del donut de Medicare, que obliga al paciente a sufragar parte de los fármacos.

7- No habrá una gran aseguradora pública al margen de Medicaid (para rentas bajas) y Medicare (jubilados).

8- Los laboratorios deberán pagar 28.000 millones en 10 años por subidas de impuestos.

9- Se reducirá la judicialización de la sanidad.

10- La reforma costará 940.000 millones de dólares en 10 años y se recortará el déficit en 138.000 millones.

LO QUE SE HA DICHO

Trinidad Jimenez, Ministra de Sanidad
"El presidente Obama ha tenido que hacer uso del pragmatismo para sacar adelante un proyecto mayor".

José María Aznar, Ex presidente del Gobierno

"El intento originario era convertir el sistema americano en un sistema europeo; lo que ocurre es que a la mayoría de los americanos no les gusta".

José Ramón Repullo, Escuela Nacional de Sanidad

"Si se impusiera un single payer (asegurador y pagador único) sería un gran día de celebración para los pacientes y para los contribuyentes".

Edward Sagebiel, Director de Lilly en EEUU

"Un plan estatal tiene todo el potencial para llevar la fragmentación, las ineficiencias y la burocracia que existe en los programas públicos actuales a una población todavía mayor".

Valentín Fuster, Director del CNIC

"El sentido común respalda la reforma de Estados Unidos".

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