jueves, 26 de noviembre de 2009

Los médicos cuidan de los pacientes, pero ¿quién se ocupa de los médicos?


Los médicos cuidan de los pacientes, pero ¿quién se ocupa de los médicos?
JANO.es

20 Noviembre 2009 · M. Duque. Calgary

Una revisión de The Lancet recuerda que los médicos no son buenos ocupándose de su propia salud o la de sus colegas, y analiza una posible asociación entre la mala salud del profesional y una peor atención al paciente



Los médicos se sienten incómodos en el papel de pacientes y temen que otros interpreten su necesidad de ayuda como señal de debilidad.

A menudo, los médicos se ven afectados por el estrés y pueden llegar al abuso de sustancias, sufrir problemas de relación, depresión o incluso la muerte. Ahora, una revisión publicada en The Lancet (2009; 374: 1714-21) recuerda que los médicos no son buenos ocupándose de su propia salud o la de sus colegas, y analiza una posible asociación entre la mala salud del profesional y una peor atención al paciente. Más en concreto, los prof

esores Jean E. Wallace, Jane B. Lemaire y William A. Ghali, de la Universidad de Calgary (Canadá), proponen que dado que la salud no sólo influye en cada médico sino que es vital para la prestación de una buena atención, debería incluirse como indicador de la calidad del sistema sanitario.

Tradicionalmente, las organizaciones de atención sanitaria evalúan su rendimiento sólo mediante indicadores que se basan en el paciente, como, por ejemplo, los porcentajes de supervivencia tras las intervenciones de cirugía mayor. Sin embargo, la salud del médico como indicador de calidad tendría en cuenta la creciente creencia de que los médicos que están enfermos influyen negativamente en el rendimiento de los sistemas sanitarios.

Negación y evitación
“A menudo, los médicos –se señala en la revisión– confían en la negación y la evitación como estrategias de afrontamiento, que no son muy eficaces; el problema se exacerba por los escasos precedentes de apoyo mutuo e información entre la profesión médica. Los profesionales quizás se sienten incómodos en el papel de pacientes y temen que otros interpreten su necesidad de ayuda como un indicador de su incapacidad para salir adelante. Los datos indican, sin embargo, que los que reciben ayuda de sus colegas o de su cónyuge tienen más éxito a la hora de mejorar su bienestar”.

Además, los autores comentan un estudio que señala que los médicos de atención primaria se sienten “presionados” por sus pacientes y sus colegas para aparentar bienestar físico, incluso cuando están enfermos, ya que creen que su salud se interpreta como un indicador de su competencia profesional.

En la actualidad, muchos países están tratando de abordar los problemas de salud de sus médicos. Países como España, Canadá, Australia y Reino Unido están elaborando programas para detectar y tratar a los médicos cuya capacidad pueda estar alterada o perjudicada, orientando algunas organizaciones de atención sanitaria a la prevención y promoción de su bienestar. Pero no hay normas que dicten la forma de fomentar la salud del médico que hagan que se cumplan esos mandatos o que midan el éxito obtenido.

Cada vez hay más pruebas que señalan las importantes consecuencias negativas de la salud enfermiza de los médicos para los sistemas sanitarios, al afectar a su contratación y retención, la productividad y eficiencia laboral y la atención al paciente y su seguridad. Por ejemplo, la formación en las facultades de medicina es extremadamente estresante, teniendo a menudo efectos negativos en los estudiantes que podrían disuadirlos de llegar a ser médicos o de entrar en determinadas especialidades.

Impacto en la asistencia
Quizás es aún más preocupante el efecto directo de la salud del médico en la calidad asistencial y en la seguridad del paciente. Por ejemplo, en un estudio sobre la percepción de los médicos acerca de la asociación entre estrés laboral y calidad asistencial, el 57% de los participantes creía que el cansancio, el agotamiento o la falta de sueño influyen negativamente en la calidad de la atención al paciente, y otro 28% creía que las presiones por exceso de trabajo influían negativamente.

El estrés laboral hizo que el 50% refiriera menores estándares de calidad de la asistencia (por ejemplo, buscar atajos sin seguir los procedimientos), el 40% refirió irritabilidad o enfado, el 7% errores graves que no ocasionaron la muerte del paciente y el 2,4% incidentes en los que murió el paciente. Se juzgó que la mayoría de estos resultados, especialmente los más graves, se debieron al cansancio y el exceso de trabajo.

Otro estudio demostró que la privación de sueño puede ser más incapacitante que una concentración elevada de alcohol, relacionándose el cansancio asociado a la guardia con mayores porcentajes de error en la destreza de los cirujanos. Los autores dicen: “Factores como el exceso de trabajo, el sueño inadecuado y el agotamiento, agravados por el sentimiento de culpabilidad, a menudo ocasionan una mala calidad asistencial que contribuye al círculo vicioso estrés-menor calidad asistencial”.

Desesperación silenciosa
Si bien hay intervenciones que pueden mejorar la salud del médico, muy pocos estudios han analizado su efecto en el cuidado del paciente o en el rendimiento del sistema sanitario. Los escasos trabajos que han analizado las intervenciones de control del estrés indican que parecen beneficiosas tanto para los médicos como para la atención que proporcionan a sus pacientes, pero son necesarias más investigaciones que analicen en qué medida las ideadas para mejorar el bienestar del médico son beneficiosas para los pacientes.

Los autores concluyen: “En última instancia, cada médico obtendrá un beneficio personal si cuida mejor de sí mismo. Dicho esfuerzo probablemente hará que esté más satisfecho con el trabajo y que mejore su bienestar general, reduciendo la probabilidad de que experimente una sensación abrumadora de estrés y agotamiento. También las organizaciones que dan empleo a los médicos se beneficiarían al tener una asistencia sanitaria más productiva y eficiente junto con un menor absentismo, menor renovación de personal y menores problemas de contratación y retención. Y quizás los propios pacientes se beneficiarían al mejorar la calidad de la asistencia”.

En el Foro Mundial de Líderes de Salud, celebrado en Taipéi el 9 pasado de noviembre, la Dra. Dana Hanson, presidenta de la World Medical Association, habló de la “desesperación silenciosa de algunos médicos”. Hanson instó a la profesión y a los gobiernos a que presten más atención al desgaste de los profesionales, especialmente para eliminar el estigma que éste aún acarrea.

La presidenta concluía que contar con médicos sanos implica pacientes más sanos, asistencia médica más segura y una plantilla más sostenible. “Los médicos no deberían tener que elegir entre salir a flote ellos mismos y servir a sus pacientes”.
The Lancet

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