jueves, 19 de noviembre de 2009

La mala salud de los médicos



Médicos durante una protesta en Budapest. (Foto: EFE) ISABEL F. LANTIGUA

19 NOV 09 | Burnout, suicidio, enfermedades cardiovasculares
La mala salud de los médicos
Entre el 25% y el 60% de los doctores sufre el síndrome de 'estar quemado'. El índice de suicidio en esta profesión es hasta seis veces más alto.

El Mundo, España

"Una población sana es el mayor activo que cualquier país puede tener" decía Sir Wiston Churchill. Y quienes tienen en su mano hacer realidad la afirmación del político británico son los médicos. Pero ¿qué pasa si ellos no se encuentran bien? Una revisión de trabajos sobre el tema, publicada en la revista médica 'The Lancet', concluye que, en general, los doctores no gozan de una salud envidiable y que sufren más estrés, depresión, cansancio, trastornos alimentarios y problemas sentimentales que el resto de los ciudadanos.

Jean E Wallace, Jane Lemaire y William A Ghali, de los departamentos de sociología y medicina de la Universidad de Calgary (Canadá), han analizado todos los artículos que hacían referencia al estado de los médicos desde julio de 1985 hasta julio de 2009, aunque se han centrado más en la situación de los últimos cinco años. Y lo que han visto es que los profesionales sanitarios cada vez están más 'quemados'. Entre un 25% y un 60% de los galenos reconoce sufrir este síndrome ('burn out', en inglés), propio de la sociedad moderna. Entre los sanitarios españoles y latinoamericanos, al menos el 36,3% afirma padecerlo.

La excesiva carga de trabajo, el poco tiempo para el ocio y la competencia en la profesión van haciendo mella en los galenos. Uno de los estudios analizados revela que el 17% de los médicos residentes puntúan su salud mental como pobre, un porcentaje que dobla al de la población general, y la depresión es una compañera habitual de los doctores, especialmente en el sexo femenino. El índice de suicidio es seis veces más alto entre estos profesionales de bata blanca que en el resto de la ciudadanía y la mortalidad debido a problemas cardiovasculares también es mayor.

Por si no fuera suficiente con todo lo anterior, alrededor del 12% de las personas que se decantan por este trabajo desarrollará algún trastorno por abuso de sustancias en algún momento de su carrera.

Cuidadores que no se cuidan

La situación individual, familiar y profesional laboral influyen en el estado general del médico. Y, paradójicamente, cuando se encuentran mal no buscan la ayuda de sus compañeros. "Los médicos tienden a no preocuparse mucho por su salud. Muestran indiferencia hacia su propio estado y se niegan a hacer exámenes médicos. Sin embargo, un 92% reconoce que se autoprescribe fármacos", explica Jean E Wallace, coordinadora de esta revisión, que afirma que "este patrón de comportamiento es universal y no varía entre los médicos de unos países y otros".

Persiste en la profesión un cierto tabú a la hora de pedir ayuda a otros colegas. "Los doctores se suelen sentir incómodos en el papel de pacientes y piensan que sus compañeros lo pueden interpretar como un signo de debilidad o que piensen que no están en condiciones para ejercer", afirma la investigadora. Los galenos temen poner en riesgo sus carreras y, por eso, trabajan aunque no se encuentren bien.

Una encuesta que ponía a los médicos en situaciones hipotéticas mostró que el 61% de los residentes iría a trabajar aunque hubieran estado vomitando toda la noche. El 83% acudiría a atender a los pacientes a pesar de tener sangre en la orina, el 76% iría con úlcera de estómago y un 73% con graves crisis de ansiedad.

A la hora de atender a un médico, la profesión se enfrenta a un dilema ético: elegir entre proteger la privacidad de su colega o la seguridad del paciente. Históricamente, la tendencia dominante ha sido siempre la de guardarle el secreto al compañero. La mayoría de los médicos preguntados denunciarían antes a un doctor que estuviera abusando de sustancias que a otro con un trastorno emocional o cognitivo. La mala situación emocional se suele pasar por alto.

Errores médicos evitables

Este malestar del médico afecta al cuidado del paciente. Las evidencias indican que si el profesional se encuentra bien, la atención al ciudadano es mucho mejor y viceversa.

En la literatura médica está bien documentado que los médicos que trabajan muchas horas seguidas, más de 24 horas, tienen peores reflejos y cometen más errores con sus pacientes y más graves. Pero no sólo los enfermos corren el riesgo de escuchar un mal diagnóstico, sino que los propios profesionales se ponen en peligro. La fatiga aumenta las posibilidades de que se pinchen accidentalmente con una aguja o, incluso, de que sufran un accidente de coche mientras vuelven a casa.

Los propios médicos son conscientes de que el cansancio, la falta de sueño y el estrés lo pagan los pacientes. En concreto, la falta de sueño puede ser más incapacitante que altos niveles de alcohol en sangre.

En un editorial que acompaña al estudio, se señala que "médicos sanos significa pacientes más sanos". Por eso plantea la necesidad de incluir la salud de los galenos como un indicador más para medir la calidad del sistema sanitario de un país y recuerda la importancia de que se sometan a chequeos rutinarios, como el resto de la gente.

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