miércoles, 28 de septiembre de 2016

El sector biotecnológico llega a su fase de madurez tras registrar un crecimiento exponencial en los últimos años

El sector biotecnológico llega a su fase de madurez tras registrar un crecimiento exponencial en los últimos años



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Según el informe del Centro de Estudios EY “Beyond borders: Returning to Earth”, Las biotecnológicas buscan su reinvención tras cerrar 2015 con nuevos records de ingresos y beneficios.
El sector biotecnológico ha entrado en fase de madurez tras registrar un crecimiento exponencial en los últimos años, una senda alcista que llevó las cifras de ingresos, rentabilidad, inversión en I+D y capitalización bursátil hasta máximos históricos en 2015 por tercer año consecutivo. No obstante, la desaceleración de varios de los indicadores de actividad en los últimos meses indica que se podría haber alcanzado el techo, lo que abre la puerta a nuevos modelos de gestión en las empresas que aún no se han abordado, según recoge la trigésima edición del informe Beyond Borders: Returning to Earth del Centro de Estudios de EY.
El año pasado, las empresas biotecnológicas europeas y estadounidenses lograron ingresos conjuntos por valor de 132.700 millones de dólares, lo que refleja un alza del 13% frente a los logrados en 2014, mientras que el beneficio neto alcanzó los 16.600 millones, un 18% más. En ambos casos, las cifras alcanzaron nuevos máximos históricos, pero los incrementos son inferiores a los de un año antes, cuando la facturación aumentó un 18% y los resultados se dispararon un 214% por el efecto, principalmente, de los medicamentos contra la hepatitis C.
Las 89 transacciones registradas en el pasado ejercicio impulsaron el valor acumulado de las fusiones y adquisiciones (“merger and acquisitions” o M&A, por sus siglas en inglés) hasta los 100.200 millones de dólares, casi lo mismo que la suma de todas las operaciones registradas en los tres ejercicios precedentes. El incremento interanual fue del 120% el año pasado, lo que implica más que duplicar las cifras registradas en 2014.
El valor potencial de las alianzas estratégicas alcanzó los 55.400 millones de dólares en 2015, un nuevo récord histórico impulsado por 17 operaciones que superaron los 1.000 millones. Los acuerdos entre empresas biotecnológicas ascendieron a 20.900 millones, casi el 38% del total, especialmente por compañías de gran tamaño que se enfrentan a retos de crecimiento y pueden competir con las grandes farmacéuticas.
Las ampliaciones de capital también arrojaron cifras muy positivas para el sector. Las biotecnológicas captaron cerca de 71.000 millones de dólares (frente a los 65.000 millones precedentes) gracias a un nuevo récord de las operaciones de “venture capital” y al interés creciente de inversores extranjeros.
En España, la empresa mallorquina Sanifit captó 41 millones de dólares en una operación liderada por el fondo Ysios Capital. Sanifit se dedica al desarrollo del SNF472, un fármaco para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares relacionadas con la calcificación en pacientes con enfermedad renal en etapa terminal (ERET). Esta operación es la mayor ronda de financiación de una biotecnológica en la historia de nuestro país y fue la decimotercera más importante a nivel europeo el año pasado.
El informe señala que, a pesar de la bonanza de las finanzas y los nuevos máximos históricos de los ingresos y de los beneficios, la capitalización bursátil del sector sólo subió un 5% el año pasado, muy por debajo de los aumentos del 65% y del 28% registrados en 2013 y 2014, respectivamente. Por su parte, el número de nuevas salidas a Bolsa de empresas tecnológicas cayó de 95 a 78 operaciones y el volumen de captación de capital se situó en cerca de 5.200 millones de dólares (un 22% menos que los 6.700 millones de 2014).
Entre las razones que explican la desaceleración de los principales indicadores de actividad destacan los esfuerzos de contención de gasto, tanto en el sector privado como especialmente en el público, la volatilidad de los mercados y los movimientos de los grandes inversores institucionales hacia sectores con mayores probabilidades de crecimiento futuro y, por tanto, de rentabilidad.
“En este contexto,  y en plena oleada de presiones sobre los precios, las compañías del sector biotecnológico deberían ser capaces de demostrar el valor de sus productos ante los inversores, ante los médicos y ante los pacientes. Al ser un negocio relativamente joven, la madurez le ha de venir desde la experiencia y desde la consolidación”, señala Baltasar Lobato, Socio Responsable de Health & Life Sciences en EY.
“En un mercado saturado de medicamentos para prácticamente todos los tratamientos terapéuticos y con una guerra de precios constante, las empresas biotecnológicas deberían convertir el valor potencial de sus productos en valor real y probado. Las estrategias comerciales, por tanto, deben reenfocarse hacia un modelo basado en datos y en evidencias (el llamado Real World Evidence o “RWE”)”, afirma Jaime Del Barrio, Senior Advisor del Área de Health & Life Sciences en EY.


Una de las opciones que se barajan en la industria es la adopción de nuevas clases de socios estratégicos e industriales, con opciones como la co-creación de productos con riesgos y beneficios compartidos. Según refleja el estudio, esta es una de las tendencias que está marcando actualmente la búsqueda de valor de la oferta de medicamentos y tratamientos biotecnológicos.

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