domingo, 21 de abril de 2013

“Desde su creación en el 83, la universalización de la Sanidad está en el ADN de Osakidetza” :: El Médico Interactivo ::

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“Desde su creación en el 83, la universalización de la Sanidad está en el ADN de Osakidetza”




Abril de 2013 - Nekane Lauzirika

Jon Darpón, consejero de Salud del Gobierno vasco, ha concedido una entrevista a EL MÉDICO
 

El nuevo consejero de Salud del Gobierno vasco, Jon Darpón (Bilbao, 1959) es un médico con una dilatada trayectoria en gestión, tanto en el sistema público como en el privado. En su discurso habla constantemente de «transformar» la Sanidad pública vasca para que siga siendo de calidad y sostenible en una coyuntura de estrecheces económicas, y también cita repetidamente «cuidar al cuidador, porque nosotros somos personas que atendemos a personas». Hereda el "Plan de Crónicos" de su antecesor Rafael Bengoa, asegurando que lo mantendrá, aunque lo complementará con medidas que integren la asistencia de Atención Primaria con la especializada. Darpón defiende como estrategia que los centros de primaria asuman un papel más resolutivo en la oferta del Servicio Vasco de Salud-Osakidetza para descargar el sobrepeso que soportan los hospitales. En esta línea apuesta también por dotar de mayor capacidad de diagnóstico y tratamiento a los ambulatorios. Entre sus objetivos figura asimismo el redefinir los hospitales, concentrando servicios de alta especialización con el objetivo de "ordenar racionalmente" estas prestaciones, porque "no podemos hacer todo en todos lados". El consejero insiste en señalar que en épocas de bonanza económica la Sanidad vasca gastó y gestionó con prudencia, "por lo que entendemos que nos llega para gestionar un sistema público y de calidad. Desde su creación en el año 83, la universalización está en el ADN de Osakidetza", sentencia Darpón, quien muestra su contrariedad por la imposición del Gobierno central de implantar el copago farmacéutico.
"Me gustaría que el Tribunal Constitucional considerara la capacidad competencial de Euskadi para decidir sobre el copago"

Hace pocos meses que la Sanidad vasca ha cambiado de manos y de partido gobernante, ¿la herencia es buena?, ¿su gestión será continuista?
Osakidetza nació en el año 83. Desde entonces hasta aquí ha habido muy buenos consejeros en Sanidad. Cada uno ha ido aportando cosas. Cuando llegas a un nivel alto y Osakidetza lo tiene, mejorarlo es complicado. No solo por lo que me toca a mí, sino por lo que les ha tocado a los anteriores consejeros. La Ley de creación del Servicio Vasco de Salud que data del 83 es una ley moderna que ha permitido a Osakidetza ser lo que es hoy y llegar hasta nuestros días. Otra referencia importante fue el Osasuna Zaiduz, que camina en paralelo al Informe Abril en el conjunto del Estado y que fue pilotado por el entonces consejero Iñaki Azkuna. Este plan sentó las bases de la modernización de la Sanidad vasca. También para entender lo que es actualmente Osakidetza es importante la Ley de Ordenación Sanitaria de Euskadi que es del año 88 con Azkuna al frente del Departamento. Más tarde, en un periodo más reciente, la Estrategia de Crónicos de mi predecesor Rafael Bengoa es un buen ejercicio de planificación, de orientación del sistema sanitario a la cronicidad donde partiendo de la base de buen nivel asistencial que tenía Osakidetza en agudos se ha conseguido llegar a lo que hoy tenemos que es lo que hay que mantener. Destacaría por otra parte que el Servicio Vasco de Salud tiene muy buenos profesionales; una empresa con 30.000 personas, de las cuales el 60 por ciento es personal universitario: médicos y enfermeras. Gente con excelente formación, con interés por prestar un buen servicio y con voluntad de compromiso. Además, disponemos de buenas instalaciones en Atención Primaria, donde tenemos un centro de salud en cada barrio de las grandes ciudades y en cada pueblo de la geografía de Euskadi. También es buena la red hospitalaria, con tres hospitales universitarios de cabecera en los tres territorios: Álava, Cruces y Donostia; dos de mediano tamaño: Basurto y Galdakao, y una muy buena red de hospitales comarcales. Para complementar todo esto, Osakidetza cuenta con una excelente red de salud mental tanto extrahospitalaria como hospitalaria distribuida por los tres territorios. En épocas de bonanza se invirtió en tecnología y estamos bien dotados; en conjunto se presta un buen servicio que nos permitirá afrontar este periodo de crisis económica donde los presupuestos serán más reducidos y tendremos que hacer un esfuerzo adicional de gestión y, sobre todo, gestión eficiente que nos permita mantener los principios y características esenciales de lo que es Osakidetza.

Sanidad pública: universal, gratuita y de calidad. ¿Es hoy día una utopía? ¿Es viable?
No es una utopía. Los principios que inspiraron Osakidetza hace 30 años son universalidad, equidad, calidad de los servicios, y participación ciudadana. Son principios vigentes. Osakidetza es una empresa imbricada en el entramado social de Euskadi y no concebiríamos hoy nuestro país sin ella. Hemos conseguido que los ciudadanos lo sientan como propio. Es un logro social que vamos a mantener. Yo creo que se puede.

¿Le preocupa que en época de crisis económica la Sanidad pública pueda ser gestionada con visión economicista?
Desde mi participación de muchos años en la gestión de Osakidetza y de mi reciente experiencia en la gestión de servicios privados, he comprobado que los servicios sanitarios, y más los financiados por impuestos, siempre se caracterizan porque hay más demanda que oferta. Es inherente a una población envejecida. No conozco ningún periodo donde no se haya gestionado la Sanidad vasca con rigor, no gastando lo que no se tiene. Siempre se ha intentando buscar eficiencia y pensando que aunque había momentos de vacas gordas, podían venir llegar las flacas. Se ha hecho mucha inversión en estructuras y tecnologías y a lo largo de los años hemos sido prudentes en la gestión de personal y de farmacia. No creo tampoco que el periodo será distinto a los anteriores. Quizás ahora tenemos más conciencia del gasto, más conciencia de que hay que reducir, pero nos ayudará el que la población es mucho más consciente de que no se puede dar todo a todos; que la Sanidad no es gratis, que vale mucho dinero, solo que se paga a través de impuestos.

¿Los copagos y re-copagos son necesarios o imprescindibles? ¿Sirven para regular, aminorar el uso sanitario o directamente son recaudatorios?
Ya he manifestado por activa y por pasiva que en el Gobierno vasco estamos en contra no solo del copago, sino también de cómo se ha planteado a través de la ley 16/2012, que revisa el derecho a la salud, pasando de ser un derecho universal para ciudadanía a un derecho laboral por cotización a la seguridad social. Estamos convencidos de que en el momento económico actual, con muchas partes del tejido social que sufre y con una subida de impuestos tanto de los directos como de los indirectos, no es el momento adecuado para implar copagos sanitarios. Por otro lado, las cantidades propuestas por el Ministerio de Sanidad tampoco nos parece que nos van a sacar de ningún atolladero. Por lo tanto, en la concepción actual no le vemos demasiado sentido. Entiendo que otras Comunidades lo puedan valorar, pero en la nuestra, en el ejercicio de las funciones que tenemos, estamos en contra del copago sanitario. Además, la filosofía del copago tal y como está contemplado invade las competencias del Estatuto. En Euskadi tenemos conciencia de que gestionamos los servicios sanitarios con responsabilidad y madurez. Por eso tampoco nos gusta que nos digan si tenemos que cobrar el traslado en una ambulancia o no. Para eso, entendemos que nos bastamos y sobramos.

La última batalla "sanitaria" está planteada en el horario laboral (37,5 horas/semana) propuesto para los funcionarios sanitarios. ¿Se aplicará la normativa del Ministerio? ¿Cuál es el margen de maniobra en las autonomías? ¿Y en Euskadi?
Una de las líneas generales en las que se va a centrar el departamento de Salud en esta legislatura son las personas que trabajan en Osakidetza. Veníamos ya de una crisis de políticas de RR.HH. en el sector sanitario que no es específica nuestra, sino global y que la crisis económica ha profundizado sobre ella. Aunque las características del convenio laboral en el sistema sanitario, al ser Administración pública, da unos márgenes de seguridad importante, éste es el tercer año de congelación salarial y ha habido una bajada de retribuciones del 5 por ciento, amén de la pérdida de otros derechos que no solo se refieren a la jornada y las retribuciones. Cualquiera que conozca el sistema sanitario sabe que somos personas que trabajamos con personas. El 95 por ciento está de cara al público y esto exige un esfuerzo adicional y supone un desgaste. Además, en el sector sanitario trabajamos con gente enferma, con lo cual el grado de ansiedad y el ponernos en su sitio tiene unos costes personales añadidos. Los trabajadores del sector tienen unas características diferentes y les pedimos esfuerzos. Vamos a continuar pidiéndoselos, pero entendemos que hay que intentar llegar a un acuerdo. Hay que acordar con ellos para tener una visión compartida de lo que tiene que ser el sistema y cómo trabajar. En esta línea vamos a intentar acordar con los representantes de los trabajadores, gestores y con el cuerpo político. Se ha abierto la mesa de la función pública y la decisión de Salud es que las condiciones del sector sanitario no se vayan a separar en nada de lo que se aplique al resto de los trabajadores del Gobierno. Después serán otras características: complementos, jornadas, la dispersión geográfica... las que tendrán que negociarse en la mesa sectorial, porque son más específicas de nuestro sector.

El horario alargado, la congelación salarial, la eliminación de la paga, expectativas profesionales recortadas ¿causan mucho malestar?, ¿pueden ser incentivos para pasarse a la privada?, ¿o para mirar al extranjero?
Las condiciones laborales del sector privado no son mejores que las de las del sector público. En este sentido no creo que se produzca trasvase del público al privado ni viceversa. Son otros condicionantes. Con respecto a la gente que pueda optar por marcharse fuera de Euskadi y del Estado, es obvio que hay países del entorno europeo con retribuciones más alta en el sector salud. Pero normalmente también tienen un coste de vida más elevado e impuestos más altos que los nuestros. Eso hay que ponerlo un poco en la balanza. En el País Vasco, un sector como el público, en donde trabajan 30.000 y en el privado otras 5.000 aproximadamente, el porcentaje que decide marcharse a otros países es poco significativo.

En resumen, ¿cómo se están gestionando los recursos humanos?
Una de las líneas generales del Departamento de Salud es el personal: cuidar al cuidador. Estamos preocupados porque los sanitarios mantengan el compromiso con el sector. Es un servicio en el que están trabajando de cara al público y entendemos que la asistencia mejora sustancialmente si los profesionales se sienten comprometidos e implicados. Vamos a intentar cuidarlos, mimarlos al máximo. Una mala instalación con un buen profesional comprometido presta un servicio bueno. Sin embargo, una instalación inmejorable pero con profesionales sin ningún compromiso y escasa experiencia o formación ofrece un servicio nefasto. Nos inquieta que la crisis económica pueda llevar al traste el compromiso de los profesionales con el sistema sanitario.

Con los recortes generalizados, ¿en qué ha quedado la carrera profesional?
La carrera profesional en Osakidetza se puso en marcha para todas las categorías en el periodo 2005-2006. Desde entonces ha habido varias convocatorias; finalizó la aplicación del proyecto en todas las categorías y ha habido ya una convocatoria del periodo no transitorio. Los sanitarios somos los únicos trabajadores de toda la Administración pública que tenemos carrera profesional, lo cual está muy bien. Si preguntamos al resto de los sectores, a todos les gustaría contar con ella. Estamos a unos niveles similares, sino mejores, que en cualquier Comunidad Autónoma del Estado.

¿Van a concentrar servicios en hospitales concretos? ¿Qué servicios? ¿De la propia comunidad o realizarán esta concentración también con otras comunidades?
Una de las líneas generales que hemos planteado es la de cronicidad, vejez y dependencia, con la sostenibilidad como siguiente línea. Para trabajar conjuntamente ambas líneas planteamos la imbricación asistencial de los niveles de Atención Primaria con el nivel hospitalaria en organizaciones sanitarias integradas. He encontrado el sistema con experiencias ya en marcha en organizaciones territoriales, sobre todo en hospitales comarcales de Gipuzkoa. Mi percepción y valoración es que funcionan muy bien y que son positivas al existir menor fragmentación de la actividad sanitaria. Además, la integración posibilita una mejor continuidad asistencial y los niveles son más eficientes desde el punto de vista económico. Ahora queremos hacer el despliegue de integración en toda la Comunidad. En todos los hospitales y las comarcas que teníamos de Atención Primaria. El modelo de integración sanitaria es algo más que una gerencia única. No pensamos tanto en que sea un único equipo directivo o un gerente el que gestione los dos niveles asistenciales, sino que consigamos llegar a una integración de niveles asistenciales donde sea la relación entre los clínicos y el personal de enfermería de ambos sistemas los que centren los cuidados en el paciente. Se trata de que los objetivos en términos de salud y de asistencia sanitaria sean comunes. Una vez que tengamos las organizaciones sanitarias integradas intentaremos coordinar el sector mucho mejor con los servicios sociales. Por otro lado, aunque en Osakidetza ha habido una racionalización de las prestaciones, sí entendemos que algunos servicios sanitarios, por su resultado clínico y económico y para evitar duplicidades, se concentren en determinados centros. Estoy pensando en Cirugía Cardíaca, Torácica, algunas prestaciones de Neurocirugía, etc. Por ejemplo, el trasplante renal y hepático está ya concentrado en Cruces. En Euskadi, al ser un país pequeño, tenemos la ventaja que cualquier trayecto de punta a punta que elijamos dentro de la Comunidad está a una hora de distancia. Esto nos puede ayudar.

¿Se harán compras conjuntas de material con otras comunidades para reducir costes?
No nos vamos a poner a favor ni en contra de hacer compras conjuntas con otras CC.AA. Si se plantea en el Consejo Interterritorial estudiaremos cada caso. Osakidetza lleva haciendo compras centralizadas en farmacia, material sanitario, en tecnología estratégica desde hace ya mucho tiempo. Como ha habido una tradición y cultura, que esperamos que se mantenga como es el pago sin demora, nosotros siempre hemos tenido una negociación de precios positiva y adecuada, por lo cual lo vamos a mantener. Si hubiera algún ámbito donde una negociación a un nivel más alto consiguiera una economía de escala y nos posibilitara un precio mejor, no se nos caerían los anillos por hacer una compra centralizada. Pero la primera pregunta que te hace cualquier distribuidor es cuál es el plazo de pago. En un sistema con los actuales plazos de pago tan desiguales entre comunidades autónomas es difícil ir hacia una compra conjunta y centralizada.

Algunas comunidades y grupos hablan directamente de devolver la competencia sanitaria, en Euskadi ¿se lo han planteado?, ¿recentralizar es posible, es viable, es necesario?
Nosotros estamos absolutamente en contra; tenemos competencias en todo lo que es la salud en la Comunidad Autónoma Vasca. Entendemos que la gestionamos con responsabilidad y madurez. Nos ha ido bien; el sistema vasco es bueno y tiene una alta valoración por parte de la ciudadanía. Hasta la fecha, y esperamos que así continúe, tiene un coste para nosotros asumible y no tenemos ningún interés en cambiarlo. Ya nadie se acuerda cuando la Sanidad estaba centralizada y había que pedir permiso para contratar a un celador en una empresa de 3.000 trabajadores. Aquello no era lo adecuado. Hay determinadas competencias que cuanto más cerca de donde se presta el servicio se gestionen es mejor. Lo que hay que tener es gestores responsables.

Pero con tanta concertación autonómica "por economía", leyes básicas, re-copagos impuestos, medicamentos excluidos, horarios obligados, sueldos reducidos desde el gobierno central... ¿Ya queda alguna capacidad autonómica de decisión en Sanidad?
Nosotros estamos en contra de que se re-centralicen competencias y nos oponemos a que se nos diga lo que tenemos que hacer en nuestro ámbito, competencial y marco legal. A partir de ahí, si hay un intento de centralizar las competencias de las que disponemos, desde el punto de vista legal y en los tribunales las defenderemos hasta el final. Por otro lado, si desde el Consejo Interterritorial o desde cualquier comunidad se estima que nosotros y nuestra experiencia puede ser de ayuda a terceros, vamos a colaborar gustosamente.

Pacientes
En plena reducción presupuestaria ha anunciado un plan estratégico para reducir las listas de espera a períodos más razonables ¿Cómo es el plan? ¿Cuándo empezarán a notar los ciudadanos vascos su efecto "balsámico"?
No hemos planteado un Plan Estratégico. Las listas de espera son inherentes a los sistemas de salud pagados por impuestos, donde no se puede llegar a una lista cero, porque eso supondría tener recursos humanos e instalaciones paradas, lo cual no es nuestro objetivo. Las listas de espera de Osakidetza están en tiempos razonables. Tenemos dos decretos de garantía de demora, uno que es del año 2006, de demora quirúrgica donde planteábamos que nadie con un proceso oncológico para cirugía esperara más de 30 días, que nadie por un proceso cardiológico esperara más de 90 días y que nadie con cualquier patología quirúrgica esperara más de 180 días. La demora quirúrgica actual está alrededor de 52 días. Con la actual coyuntura económica, social y sanitaria no vamos a trabajar por mejorarlos, sino por mantenerlas como están. El año pasado se puso en marcha un decreto de garantía para consultas y pruebas complementarias, especialmente en el ámbito de la Oncología y la patología cardiovascular, que habitualmente marca 30 días de demora.

¿Cómo es la relación Atención Primaria-Hospitales? ¿Administrar mejor esta relación puede aportar beneficio al paciente y también al presupuesto?
Tenemos excelentes profesionales comprometidos en los dos niveles asistenciales y disponemos de buenas instalaciones. Quizás a la Atención Primaria le hace falta una dotación tecnológica y una organización para tener mayor capacidad resolutiva. El problema es que la asistencia se da en paralelo. Por una parte, los médicos, pediatras y el personal de enfermería de AP; por otro, los especialistas que van a los ambulatorios a pasar consulta y hay otro camino, el de la atención hospitalaria. Cuando alguien se sale de esos caminos pasa a la cola del anterior o a la urgencia del hospital. El objetivo es la integración para que se trabaje en común, porque se podrá dotar de mucho más poder de resolución al mundo extrahospitalario. Tenemos una gran tendencia a meter al paciente en el hospital tanto si tiene una patología grave como si sufre otra dolencia menos grave. El objetivo es coordinar bien los dos niveles asistenciales y que ambos trabajen sobre el mismo paciente con una responsabilidad más definida, y dotar de mayor capacidad de resolución a las dos atenciones. Hay que dejar de ser tan hospitalegocentrista y que todo el mundo no acabe en un hospital, que es lo que nos pasa ahora.

Volviendo al tema de los crónicos, aumenta la edad de la población y al unísono se incrementan. ¿Sigue en vigor el plan de crónicos que puso en marcha su antecesor, Rafael Bengoa? ¿Se incrementará?
La estrategia de crónicos parte de la OMS es una recomendación para todos los sistemas sanitarios occidentales, donde la pirámide poblacional está en envejecimiento, dependencia y patología crónica. Los sistemas sanitarios vasco y estatal hacen frente mejor a la enfermedad aguda que a la crónica. Bajo ese prisma, la estrategia de crónicos de Bengoa nos parece positiva. Ha sido un buen ejercicio de planificación, pero quizás no le dio tiempo de hacer un despliegue en los hospitales y en la primaria. Los profesionales conocen la estrategia, sin embargo el ciudadano no se ha beneficiado. Ha habido muchos proyectos piloto que no han llegado al conjunto de la población. Salud está decidida a continuar con ese despliegue. En la anterior legislatura se dispuso de herramientas que estaban implementadas desde tiempo atrás y que han beneficiado a la estrategia de crónicos. Si hay una valoración que hacemos de Osakidetza es que en los últimos 30 años en Euskadi ha habido grandes consejeros y cada uno ha ido dejando su impronta. Lo que hace mejor a Osakidetza, y en lo que tenemos que profundizar, es que cada vez que hay un cambio político o un consejero nuevo no se revise todo lo que ha hecho el anterior, porque si no parece que el siguiente no ha hecho nada. Hay que aprovechar lo que viene de atrás e ir dejando sus ideas y el sistema continúa. Si hay algo importante en nuestro sistema sanitario público vasco es que es más importante el sistema en sí que los consejeros.

¿Qué sentencia del Tribunal Constitucional (TC) espera sobre los copagos farmacéuticos?
Soy bastante respetuoso con el Constitucional. Me gustaría que considerara la capacidad de la Comunidad Autónoma Vasca en términos de competencias y de gestión, y que en el copago farmacéutico, que existe desde la creación de la Seguridad Social porque no se ha inventado ahora, se nos respetara nuestro nivel de competencia. Soy partidario de que sea la propia Comunidad, que financia la Sanidad a través del cupo y que de momento no ha pedido dinero a nadie que no seamos nosotros mismos, tengamos la capacidad de decidir si hay que pagar un 40, 50 ó 60 por ciento. O si los pensionistas deben de abonar un 10 por ciento ó nada, como hasta la fecha.


Privada versus pública
Usted es consejero de Sanidad, no sólo de la pública, ¿cómo cree que tiene que ser la relación entre la Sanidad privada y la pública?
Me siento muy orgullo de mi paso por ambos sistemas; he aprendido mucho de los dos. La Sanidad pública y la privada son complementarias. A veces los políticos hacemos mucha demagogia con esto. En Euskadi la tradición es que el sistema sanitario mayoritariamente es público y se paga con impuestos. En paralelo, el sector privado genera empleo, y riqueza. Es complementario del sector público en aquellas prestaciones a las que no tenemos mucha accesibilidad o hay un exceso de demanda. Funciona bien porque no se trata de sustituirnos unos a otros, no tendría demasiado sentido. Por otro lado, no hay que olvidar que en Euskadi hay entre un 15 - 20 por ciento de población que voluntariamente tiene un seguro sanitario privado. Desde el punto de vista de la gestión que a mí me toca, es el copago más rentable para el Gobierno. Pero en modo alguno lo vivimos como una competencia.

Sanidad pública: derroche, listas de espera y poco eficiente. Sanidad privada: eficiencia, ahorro y trato rápido. ¿Son ciertos estos binomios-antinomios?
Yo he trabajado en los dos y mi actitud en el trabajo ha sido la misma. Lo que se me ha pedido estando en el sector público-privado ha sido lo mismo: gestionar un buen servicio al menor coste posible. No veo grandes diferencias. La gestión en Euskadi de los sistemas sanitarios está bastante profesionalizada. Sin embargo, observo con preocupación una marcada línea entre los gestores y los clínicos. Veo difícil el trasvase de estos últimos a la gerencia y esto no es bueno. Tampoco lo es que jóvenes con otras licenciaturas no se incorporen al sector sanitario, aunque los necesitemos. Necesitamos gestores no sanitarios que se acerquen al sector.

¿Le preocupa la actual tendencia privatizadora del Gobierno central? ¿Cree que es una cuestión coyuntural por la economía adversa o es algo más profundo e ideológico?
Permítame que no mire en la casa del vecino sin tener arreglada la mía, no sería prudente. En el contexto de crisis económica en el que también estamos inmersos y que nos preocupa, en Euskadi entendemos que nos llega para gestionar un sistema sanitario público y de calidad. No es una idea nueva. Llevamos 30 años en eso. En las épocas de bonanza hemos gastado y gestionado con prudencia. Y en tiempos de escasez, como ahora, no cuestionamos los valores del sistema para nuestros ciudadanos. Tenemos claro que para Euskadi en este momento lo mejor es mantener el sistema sanitario como público y de calidad.

Más población de edad y más crónicos, mayor demanda tecnológica en Sanidad: ¿mantener la atención sanitaria a nivel de calidad para todos seguirá siendo viable?, ¿tal vez más impuestos?, ¿tal vez el copago?, ¿qué se puede corregir para mejorar?
Estamos convencidos de que el sistema sanitario presta buenos servicios, pero está en una encrucijada: nos hemos hecho muy grandes. Somos la empresa más grande del Gobierno y las cosas que se gestionan a través de impuestos tienen un exceso de demanda. En nuestro caso, la población tiene un grado importante de envejecimiento y esto va a continuar. Somos conscientes de que hay que hacer cambios. Pero estos no pasan por cuestionar los principios sobre los que hemos construido Osakidetza y en los que nos basamos. Es cierto que disponemos de menos dinero que en el ejercicio anterior y ojalá el año que viene remontemos, pero aunque barajamos un escenario en el que los recursos serán menores, insisto en que nuestra situación de infraestructuras es buena. Vamos a ser prudentes. No nos planteamos crecer en ninguna infraestructura que no esté empezada o a punto de ponerse en marcha. Lo demás vamos a esperar. Tenemos una plantilla de 30.000 trabajadores que ha crecido de forma notable en los últimos años y entendemos que nos permitirá afrontar este periodo. Por otro lado, esta plantilla lleva tres años con disminución o congelación de retribuciones y como tal está gastando menos dinero que hace cinco años con excepción del deslizamiento de la antigüedad. La gestión de RR.HH. sobre empleo temporal será la más austera. En el contexto del Plan de Crisis Económica, todos los que nos venden productos también se lo aplican y nos venden más barato. Haremos el esfuerzo de comprar mejor, de forma coordinada concentrando servicios. También está bajando el gasto farmacéutico, fruto de mayor sensibilidad en el gasto y la disminución de los precios de referencia de los fármacos. Sin olvidar que la administración va a rebajar las estructuras de dirección tanto del Departamento de Salud como de Osakidetza.

¿Tal vez la educación en utilizar lo necesario?
Sí. Se pueden hacer muchas cosas. Muchas de las prestaciones del sistema sanitario se han convertido en un bien de consumo. En ocasiones se utiliza el sistema con todo lo que está al alcance. Habrá que hacer pedagogía y cultura con la población y con nuestros profesionales para intentar desmedicalizar a la población y hacer un uso más adecuado de los recursos.

¿O tal vez excluir a algunos como los inmigrantes de los servicios sanitarios?
Desde el 83, la universalización está en el ADN de Osakidetza. Somos un pueblo pequeño, solidario. Hemos sido emigrantes en muchas épocas de nuestra historia y entendemos que el porcentaje de gente de fuera que tenemos entre nosotros es bajo y podemos asumir su asistencia. Estamos decididos — y de momento el TC nos ha dado la razón— a mantener la atención a los emigrantes empadronados en Euskadi y la asistencia urgente pediátrica y obstétrica a todos aunque no lo estén.

¿Privatizar más es el camino hacia un mejor servicio sanitario?
La Sanidad privada presta un buen servicio y la Sanidad pública también. En este momento no creo que haya una diferencia en términos de calidad del servicio que presta una y otra. Ni tampoco en términos de efectividad, ni siquiera conozco ningún estudio ni trabajo que demuestre fehacientemente que la prestación sanitaria con un sistema privado iba a ser más eficiente. Con este prisma, nosotros concebimos los recursos de la privada como complementarios y los vamos a usar sin demagogias, pero mantendremos el sistema sanitario mayoritariamente como público.

Teniendo en cuenta que el Gobierno del PNV no tiene mayoría, ¿En quién se apoyará para plasmar los proyectos?
Espero no equivocarme. Pero estoy convencido que entre los cuatro grandes partidos que en este momento tienen representación en el Parlamento Vasco: PNV, Bildu, PP y PSOE no hay una gran diferencia en los conceptos esenciales sobre cuál es el sistema sanitario que queremos para nuestros ciudadanos en Euskadi. No lo creo. Pienso que la diferencia está más en los matices. Bajo esta óptica, nosotros vamos a intentar trabajar sin entrar en la gran confrontación política sobre lo que son los principios sanitarios que rigen el sistema de salud. Y, sobre todo, vamos a intentar apoyarnos en los profesionales, que es donde creemos que estará el punto de inflexión para abordar este periodo. Si conseguimos el compromiso de la gente que trabaja en Osakidetza: médicos, enfermeras, auxiliares y celadores... y si somos capaces de transmitirles que hay que hacer un esfuerzo suplementario en un momento donde económicamente se va a sufrir, sacaremos el sistema adelante y con calidad.

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