sábado, 14 de abril de 2012

La coordinación en España entre servicios sanitarios y sociales queda aún muy lejos, según el Informe SESPAS :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad

El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad La coordinación en España entre servicios sanitarios y sociales queda aún muy lejos, según el Informe SESPAS

La coordinación en España entre servicios sanitarios y sociales queda aún muy lejos, según el Informe SESPAS


Madrid (14-16/04/2012) - Redacción

Los expertos que han elaborado el informe hacen constar la falta de sistemas de información unificados en las diferentes comunidades autónomas, así como el importante ahorro que podría generar una mayor coordinación entre los dos sistemas


La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) ha presentado los resultados en un estudio independiente titulado "Desafíos en la autonomía y la atención a la dependencia de la población mayor". En el capítulo dedicado a las experiencias españolas en la promoción de la autonomía personal en la personas mayores, elaborado por Emilio Herrera Molina, Ingrid Muñoz Mayorga, Verónica Martín Galán y Manuel Cid Gala, de Enterprising Solutions for Health, de Badajoz, los tres primeros, y de la Consejería de Bienestar y Dependencia de la Junta de Extremadura, el cuarto, estos expertos, tras hacer constar la falta de sistemas de información unificados en las diferentes comunidades autónomas, resaltan el largo camino que resta por recorrer para alcanzar la coordinación entre el sistema sanitario y los servicios sociales en España.
Emilio Herrera destaca que "una mayor coordinación entre ambos sistemas podría generar ahorros importantes a la vez que una mejora en la atención a los ciudadanos".

El monográfico contempla un bloque dedicado a las estrategias y experiencias desarrolladas en España y en otros países, de las cuales "deberíamos retener importantes enseñanzas", señala la SESPAS.  En su estudio, Beland y Hollander realizan una revisión de las experiencias en integración de servicios sociales y sanitarios, allí donde estos intentos han sido bien documentados y evaluados de manera rigurosa.

Los autores identifican dos tipos de modelos -desarrollados en pequeñas áreas y desarrollados en grandes áreas- y señalan pautas comunes en ambos tipos de experiencias: enfatizar las bondades de la continuidad asistencial, la valoración multidimensional e integral de la salud de las personas, la planificación y coordinación de una amplia gama de servicios a domicilio y comunitario, el disponer de una puerta única de entrada al sistema para el paciente o el contar con sistemas integrados de información son algunas de ellas.

Con independencia del modelo de integración elegido, el aspecto clave que destaca en todos ellos es que resaltan la coordinación de servicios de naturaleza muy diferentes y la cooperación entre proveedores para trabajar juntos persiguiendo la prestación de una asistencia continuada de calidad.


Experiencias diversas

Asimismo, Herrera y sus compañeros identifican y describen varias iniciativas y experiencias que se están llevando a cabo en España para la promoción de la autonomía personal. A través de una revisión de la literatura científica se describen las características que deben tener los programas para dicha promoción y mediante un cuestionario a las CCAA y complementada por una búsqueda de la información publicada por las Consejerías, se caracterizan los programas y actuaciones promovidos en nuestro país, y se confrontan con las sugerencias de la literatura internacional.

Entre los resultados más relevantes destaca el escaso desarrollo de programas que fomentan el área psico-afectiva, actividades físicas, la eliminación de barreras que dificultan la vida independiente y el desarrollo de actividades que promuevan las relaciones intergeneracionales. Se evidencian diferencias en la provisión de los servicios entre y dentro de las CCAA lo que dificulta la igualdad en el acceso y la continuidad de los programas.

Los autores concluyen que es conveniente generar consenso y establecer los criterios mínimos que deben cumplir los programas en términos de frecuencia, duración, implicación, participación... para la correcta y eficaz promoción de la autonomía personal.

Finalmente subrayan la escasez de información sistematizada acerca de las estrategias seguidas en España en la promoción de la autonomía personal. Las estrategias y programas seguidos en el ámbito regional y local no tienen su reflejo en muchas ocasiones en publicaciones científicas, lo cual dificulta la comparación de experiencias e impide la generación de un cuerpo de pruebas que pueda ser estudiado y que sirva a otros planificadores.


El envejecimiento saludable se construye en la infancia y en la madurez

La SESPAS, una federación de once sociedades científicas que agrupan a 3.800 miembros, ha dedicado un número de su revista "Gaceta Sanitaria", en el que, bajo el título "Desafíos en la autonomía y la atención a la dependencia de la población mayor", se presenta un estudio independiente bajo la responsabilidad como editores de Juan Oliva, de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UCLM; María Victoria Zunzunegui, de la Universidad de Montreal; Pilar García Gómez, de Erasmus University; y Emilio Herrera, de Enterprising solutions for Health (EH).

El informe establece que la condición biológica con que llegamos a la vejez depende en gran medida de las condiciones de vida en la infancia, de la posición socioeconómica y de los comportamientos saludables facilitados por la sociedad donde se vive y adoptados por el individuo. De forma que es totalmente previsible que a menores niveles de renta haya un mayor grado de dependencia y necesidades no cubiertas en la vejez y muy especialmente en las mujeres.

El estudio estima que en 2045 habrá en España cerca de 1,6 millones de personas beneficiarias del SAAD y que su coste ascenderá a 41.926 millones de euros. Ello, desde su punto de vista, abre el debate sobre la manera más adecuada de financiar los servicios y prestaciones del SAAD para asegurar su sostenibilidad.
Asimismo, el informe aborda el beneficio social que proporcionan los cuidados informales (no profesionales, prestados habitualmente por familiares), estimándolo en cifras que oscilan entre los 25.000 y los 40.000 millones de euros si hubiera que pagarlos. Razón por la que los autores señalan que el abordaje integral de los cuidados de las personas dependientes exige incluir el papel y la atención a las necesidades de las personas cuidadoras y la red del cuidado familiar, y avanzar en su reconocimiento social.

Según los últimos datos disponibles del INE, España cuenta con 7.358.726 personas mayores (de 65 o más años), de las que 2.227.086, el 30,3 por ciento, sufren alguna discapacidad. De ellas, 1.400.293, el 19 por ciento, están en situación de dependencia de otra persona.

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