martes, 17 de abril de 2012

Al menos 48 horas de espera para caderas 'no reales' | Noticias | elmundo.es

Al menos 48 horas de espera para caderas 'no reales' | Noticias | elmundo.es

TRAUMATOLOGÍA | Hospitales públicos

Al menos 48 horas de espera para caderas 'no reales'

Servicio de urgencias del Hospital Virgen de la Concha de Zamora. | El Mundo Servicio de urgencias del Hospital Virgen de la Concha de Zamora. | El Mundo
  • Las fracturas de cadera no suelen operarse de urgencia en sanidad pública.
  • Los pacientes suelen pasar varios días inmovilizados hasta entrar al quirófano.
  • Cuarenta y ocho horas es el ratio de espera media para este tipo de pacientes.
Si un paciente como don Juan Carlos hubiese ingresado de urgencia el viernes por la noche en un hospital público del Sistema Nacional de Salud, lo más probable es que hubiese tenido que esperar como mínimo unas 48 horas antes de ser intervenido de la cadera. Fracturas como la suya no suelen operarse de urgencia como coinciden varios traumatólogos consultados por ELMUNDO.es y la espera puede prolongarse varios días, según cada centro, aunque reconocen que, hace años, este tipo de lesiones sí eran operadas horas después de producirse.

"Cuarenta y ocho horas es el periodo óptimo máximo de demora para intervenir a estos pacientes", explica a ELMUNDO.es el doctor Antonio Coscujuela, presidente de la Sociedad Española de Cirugía de Cadera y jefe de sección del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología en el Hospital de Bellvitge (en Barcelona). "Sí es cierto que en determinados circunstancias del enfermo, centros y épocas la demora pueda ser mayor. No es lo deseable, pero... Aunque eso no quiere decir que diferir la operación ponga en riesgo el resultado de la intervención", tranquiliza a continuación.

"Los protocolos de la Sociedad Española de Traumatología indican que ese tipo de fracturas deben intervenirse en las primeras 48 horas, porque a partir de ese plazo aumenta el riesgo de complicaciones", explica el doctor Manuel Manzano, del Hospital General de Río Tinto (en Huelva); "aunque no siempre es así". De hecho, explica, es más fácil que sí se intervenga de urgencia en un centro más pequeño, como el suyo, que en uno grande, con mayor presión asistencial.

Por eso, en general, las fracturas de cadera se operan 'lo antes posible', como admiten los traumatólogos consultados, que en su mayoría reconocen que esas cirugías "no son de las que obligan a abrir un quirófano a las tres de la mañana"; al menos en un hospital público. Hay que recordar que don Juan Carlos fue operado de urgencia en el privado Hospital USP San José a su llegada de un viaje en avión de 10 horas procedente de Botsuana, donde se produjo la caída.

"Lo primero es realizar el diagnóstico y ver el tipo de fractura. Después estabilizar al paciente y realizar las pruebas preoperatorias que básicamente son una radiografía de tórax, un electrocardiograma y una analítica de sangre. Si las pruebas indican que todo está bien, cuanto antes se opere mejor, aunque lo habitual es que en el sistema público se tenga que esperar varios días para ser operado, ya que los servicios están saturados y no suele haber un hueco inmediato en quirófano", señala Francisco García-Esteo, traumatólogo del Grupo Hospital de Madrid y profesor de la facultad de medicina de la Universidad CEU San Pablo.

Este especialista aclara que la rapidez de la intervención está indicada para evitar problemas relacionados con el encamamiento del paciente. "Cuantos más días inmovilizado más riesgo de complicaciones, como neumonías, trombosis venosas profundas (debido al remansamiento de la sangre), infecciones urinarias, etc", explica.

Otra complicación que suele presentarse, sobre todo en las personas de edad avanzada, es la desorientación y la demencia. "La aparición de delirios es frecuente. De repente no saben dónde están, sufren alucinacines visuales... Son síntomas que, aunque asustan mucho, en principio son pasajeros y suelen mejorar cuando el paciente es dado de alta y regresa a su entorno habitual", explica Pablo Díaz de Rada, traumatólogo de la Clínica Universitaria de Navarra.

Controlar las enfermedades previas


No obstante, estos especialistas insisten en que, a pesar de que la intervención precoz es lo idóneo, antes de pasar por quirófano la salud del paciente debe estar controlada. "Hay que estudiar los problemas de base con los que viene, pero no todos sino aquellos que puedan generar una complicación inmediata. Por ejemplo, si la persona es hipertensa no hace falta que su tensión esté controlada varios días antes de la operación, eso se puede hacer después y más tranquilamente", afirma Díaz de Rada.

Se trata de valorar qué alteraciones o enfermedades hay que tener controladas para que todo vaya bien durante y después de la intervención. Un ejemplo es la hemofilia, "a las personas con esta alteración [como es el caso del rey], antes de entrar al quirófano, hay que transfundirles plasma o tratarlas con terapias ricas en aquellos factores de coagulación que no tienen, para evitar una hemorragia mayor durante la colocación de la prótesis", afirma García-Esteo.

En el caso de un paciente general, en la espera hasta la cirugía, suelen emplearse sistemas de contención para evitar el desplazamiento de la fractura. Se opta por una férula que se acopla a la cama para inmovilizar la pierna o por una tracción con unos cinco kilos de peso para evitar que los huesos se muevan y se genere más dolor. "Aunque también depende de cada caso, porque hay pacientes que no toleran la tracción", añade el doctor Manzano. Además, es necesario recurrir a analgésicos para paliar el dolor y medidas profilácticas para evitar problemas trombóticos relacionados con la inmovilización prolongada de pacientes de cierta edad.

Según el tipo de fractura, los cirujanos ortopédicos pueden optar por una cirugía más conservadora, conservando todo el fémur del paciente y tratando de fijar la fractura con placas y clavos; o bien por la sustitución de la articulación (mediante una prótesis). "En función del tipo de fractura y de la edad del paciente, suele optarse por esta técnica porque evitamos el riesgo de que la fractura no consolide o se necrose [y haya que operar nuevamente]", explica el doctor Coscojuela. En el caso del Monarca, por los detalles que ofreció su cirujano, el doctor Ángel Villamor, parece que se empleó una combinación de ambas técnicas.

En cuanto al tiempo de ingreso y recuperación, lo habitual es que el paciente pueda levantarse al día siguiente de la cirugía y empiece a caminar con la ayuda de muletas o de un andador, según lo requiera cada persona. "En unos cinco o siete días en unos casos, o entre 10 y 12 días, en otros, el paciente se puede ir caminando con muletas a casa. Después de un mes o mes y medio, y con el apoyo de un servicio de rehabilitación y de los familiares para estimular la marcha, podrán desprenderse de una muleta (la del lado operado) y en unos tres o cuatro meses podrán hacer una vida normal, es decir, parecida a la que tenía antes de la fractura", explica Díaz de Rada. No obstante, este especialista apunta que la recuperación depende mucho de la situación previa del paciente y de su edad.

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