lunes, 8 de junio de 2009

Modelos de gestión de centros: la batalla sigue


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ESPAÑA
Modelos de gestión de centros: la batalla sigue

El XVI Congreso Nacional de Hospitales ha servido de campo de batalla para debatir sobre los modelos de financiación y explotación de hospitales. ¿El ganador? Aún no se sabe.


David R. Carenas. Cáceres - Lunes, 8 de Junio de 2009 - Actualizado a las 00:00h.

llaves conceptuales:
1. Para acercar España a Europa serían necesarias estructuras efectivas de participación de los profesionales en la toma de decisiones

Siempre podrán decir que coincidían en algunas ideas, pero la realidad es que Antonio Burgueño, director general de Hospitales de la Consejería de Sanidad y Consumo de Madrid, y José Manuel Freire, jefe del Departamento de Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad, en el Instituto de Salud Carlos III, han escenificado de forma rotunda las dos visiones que imperan en nuestro país en lo que a modelos de financiación y explotación de hospitales se refiere, durante el XVI Congreso Nacional de Hospitales, celebrado en Cáceres por la Sociedad Española de Directivos de la Salud y la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería.

El primero en escena ha sido Burgueño, que, además de predecir la desaparición de Muface -mal que le pese- por la escasa confianza de las autonomías en el modelo, ha señalado que "en Europa hay un sistema de colaboración público-privada en el que parece que salimos bien parados". También ha lamentado que España recupere un escaso porcentaje de su inversión en salud, al contrario de lo que hace, por ejemplo, Estados Unidos. Su explicación del rumbo que ha tomado Madrid en el modelo de los nuevos hospitales se basa en que la región padecía "un hospitalocentrismo, con hospitales disarmónicos. Los madrileños necesitaban centros comarcales y han abierto sus puertas en un tiempo récord gracias a los socios financieros: los constructores". Su alocución ha concluido anunciando que el modelo Valdemoro crecerá para orientarse hacia lo que existe en la Comunidad Valenciana, ya que "no tiene sentido si no se unen atención primaria y especializada".

De explicar más a fondo el modelo valenciano -del que Burgueño proviene- se ha encargado Eloy Jiménez, director general de Recursos Económicos de la región, que ha especificado que 2003 fue el año fundamental en el cambio de las técnicas de financiación y organización, y ha explicado que el modelo no es un fin en sí mismo sino "un intento de cambiar un sistema cuya gestión estaba anquilosada", y ha terminado diciendo que el impacto en la gestión económica ha sido rápido "pese al escaso margen de maniobra en la gestión del personal y a la evolución del gasto público".

Disrupción
Hasta entonces todo marchaba con calma. Pero llegó el turno de la otra visión. Freire ha comentado que para cambiar de modelo "hemos inventado muchas cosas pero no hemos puesto en marcha lo que de verdad funciona". La pregunta es lógica y obligada: ¿qué es? "En los mejores sistemas públicos integrados de Europa se separan y diferencian sistema sanitario público y administración pública general, y los servicios de salud se organizan más como empresas públicas que como departamentos de administración general. Además, la transparencia es real, sin servicios politizados".

Freire ha afirmado que para trasladar esto a España se requiere una política basada en el interés público y en la evidencia de lo que funciona, transparencia y rendición de cuentas, consejos de gobierno/administración o patronatos y selección de cargos ejecutivos. Los requerimientos los completarían unas estructuras efectivas de participación de los médicos y otros profesionales en la toma de decisiones, la autonomía de los centros e instituciones, el desarrollo de servicios sociosanitarios y un mayor papel de la salud en todas las políticas.

Según Freire, aunque la mejor gestión de las Administraciones Públicas se da en la sanidad, hay problemas que solventar. A saber: los gestores sanitarios tienen una gran inestabilidad con alta rotación, desprofesionalización y consideración partidaria, ya que "se va el consejero y detrás van no sólo los gerentes hospitalarios sino también sus equipos". El primer asalto ha finalizado con la exposición por parte de Freire de los puntos necesarios para el buen gobierno corporativo de los hospitales del Sistema Nacional de Salud: "Son necesarios un órgano colegiado de gobierno, depositario de la autoridad de la consejería-Gobierno; gestores profesionales, seleccionados por su capacidad y que respondan ante el Consejo de Administración; un buen sistema de normas de funcionamiento basado en valores de servicios públicos; un marco estable de desarrollo para la función directiva y la administración sanitaria que profesionalice estas funciones claves, y mecanismos eficaces de participación de médicos y profesionales en la organización y funcionamiento de la sanidad.

En la esquina contraria ha reaccionado Burgueño, subrayando que lo que defiende Freire es "una visión filosófica de la realidad. La sanidad española es fruto de una dictadura que decía que cualquier fórmula no valía y que no contó con la sociedad; antes de eso España tenía una gran riqueza de modelos, con ayuntamientos haciendo hospitales, apoyos privados ". Ante estas palabras, Freire ha culminado reconociendo que "sí se trata de una visión filosófica, pero espero que compartida, en la que lo público está al servicio de lo público y las cosas se evalúan con transparencia".

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