lunes, 15 de junio de 2009

Los obstáculos para la investigación en atención primaria


En la imagen, de izquierda a derecha, doctores Luis García Olmos y Francisco Buitrago. Con el micrófono, el Dr. Juan Gérvas.

Más allá del voluntarismo
JANO.es

12 Junio 2009 · Alberto Vivar. Madrid

Los obstáculos para la investigación en atención primaria

La investigación en atención primaria (AP) ha de contar con organizaciones específicas y unidades de soporte especializado que, junto con los médicos, trabajen en su desarrollo, pero ello no será posible manteniendo el actual modelo de dedicación voluntarista o las liberaciones parciales del tiempo dedicado a la asistencia. Es imprescindible que la investigación cuente con personal especializado que, además, pueda combinar la asistencia y la investigación. Esa fue una de las conclusiones más importantes de un reciente encuentro sobre investigacion en AP organizado por la Fundación de Ciencias de la Salud.

En la actualidad, y gracias a las convocatorias de redes temáticas y CIBER del Instituto de Salud Carlos III, la AP participa en varias redes y centros y lidera la Red de Investigación de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud (REDIAPP). Pero pese a todo, la investigación en AP sigue caracterizándose, según se recordó en la jornada, por “una financiación tan exigua como decreciente, una visibilidad escasa, aún menor en revistas internacionales, y un bajo impacto de sus trabajos”.

El Dr. Juan Gérvas, coordinador del encuentro, resaltó que la investigación y la innovación en AP son “fundamentales para conseguir tanto una Primaria fuerte como una mejora en los resultados de salud”. La gerente del Instituto de Investigación en AP Jordi Gol, la Dra. Concepción Violán, se preguntó por qué si la AP ofrece claras oportunidades para la investigación, como, entre otras, el trabajo en equipo, atención a poblaciones bien definidas, y accesibilidad y longitudinalidad, existe “esa evidente desproporción entre su peso asistencial y el investigador”. A su juicio, diversos factores condicionan esta desproporción. Uno de ellos es la falta de apoyo. Otro radica en la evaluación estándar de la investigación, sustancialmente basada en el factor de impacto, dada la poca implantación de otras estrategias, como, por ejemplo, el modelo payback, que analiza la aplicación en la atención sanitaria de los conocimientos obtenidos en la investigación.

Precisamente este aspecto fue abordado por el Dr. Francisco Buitrago, del Centro de Salud La Paz de Badajoz, que recordó que “la aplicación de los nuevos conocimientos no es inmediata y repetidamente se demuestra que suele existir una gran demora en incorporar los nuevos conocimientos a la práctica rutinaria”

El Dr. Sergio Minué, médico de familia y director del Área de Práctica Asistencial de la Escuela Andaluza de Salud Pública, vislumbró la necesidad de establecer una vinculación entre los investigadores y los responsables de la toma de decisiones, implicando a estos últimos en cada una de las etapas del proceso de investigación, asegurando que ésta responde a sus necesidades y que existe un compromiso para utilizar sus resultados.

También hubo coincidencia a la hora de destacar otro de los obstáculos que dificultan esta investigación: la falta de relación entre la AP y la Universidad. “No hay simbiosis de producción –señaló la Dra. Violán–, diseminación y traslación de conocimientos como sucede en otros ámbitos asistenciales y en otros países porque no existe un área de conocimiento propia de la Medicina de Familia, además de tener separadas las unidades docentes de la Universidad”.

Para los expertos, las principales carencias de la investigación que se realiza en el primer nivel asistencial son la escasez de estudios multicéntricos y de ensayos clínicos, la mínima explotación de la oportunidad que ofrece una AP informatizada, la ausencia de departamentos universitarios de medicina de familia y de unidades de apoyo metodológico a la investigación, y la ausencia de partidas presupuestarias para financiarla.

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